Cita Iniciado por quimper Ver mensaje
Pues sí.

Es absolutamente impresentable estar íntimamente relacionado con el PSOE y pretender ser neutral en una querella presentada por un vicepresidente del gobierno del PP. Simplemente por dignidad, por no dar lugar a la polémica, por guardar al menos la apariencia de imparcialidad, por sentido común, por talante democrático, por tratar de preservar la limpieza de la justicia, por tratar al menos de guardar las apariencias de algo que no existe, por ser simplemente de justicia, un juez, o alguien que actúa como tal aunque no lo sea, debería abstenerse en situaciones como ésta.

Pero claro, al nivel tan rastrero al que ha llegado la Justicia en España, en la que los políticos se reparten los nombramientos de los jueces que llegado el caso, los han de juzgar, ¿qué podemos esperar?

En este punto, la traición de Rajoy a sus electores es de tamaño sideral.
Asesorar a un gobierno no significa estar "intimamente relacionado" con el partido que sostiene al gobierno (por cierto ¿Que significa estar "initimamente relacionado" cuando se presta asesoramiento sobre un tema?). Si eso fuera así, ningún gobierno podría contar con asesoramiento profesional de ningún tipo o ningún profesional podría despues ser funcionario. Estás confundiendo el trabajo de Estado con la militancia partidaria.
Entiendo que se pongan límites en la magistratura a la militancia partidaria pero pretender que el asesoramiento al gobierno en materia judicial o legislativa invalide la carrera judicial me parece un despropósito amén de que es una confusión de estamentos.
La imparcialidad, que no la apariencia, la da el estricto cumplimiento de la legislación, la fundamentación de los fallos y la equidad de las resoluciones, que por cierto, son siempre apelables y revisables y siempre deben estar fundamentadas y ajustadas a derecho. Los jueces no hablan por su trabajo académico (el asesoramiento al gobierno lo es) sino por sus fallos.
Intentar desprestigiar a los jueces que emiten fallos "antipáticos" en supuestas simpatias partidarias sin siquiera tomarse el trabajo de elaborar una justificación jurídica para la impugnación presupone un sesgo judicial y un prejuicio incompatible con la democracia.